viernes, 19 de diciembre de 2008

Na razie Polska

Mil perdones por no escribir una última entrada de mi estancia en Polonia. Comos os imaginaréis los últimos días allí fueron moviditos: despedida en el curro, comida con la organización polaca de la beca, regalos del amigo invisible, detalles para la familia,...un sinfín de cosas.¡Hasta aprendimos a cocinar una típica sopa polaca!



Foto de grupo con la organizadora de la beca y nuestro profesor de inglés en la comida de despedida


El viaje de vuelta fue cansado, básicamente porque no dormimos ya que nuestro avión despegaba del aeropuerto de Wroclaw a las 6.15 AM. Después nos tocó estar 3 horitas en Varsovia, y alguno que otro pudo echar una cabezadita en los asientos del aeropuerto de la capital polaca.


Ansiosos por abrir los regalos en nuestra última noche. Y para celebralo un brindis con auténtico vodka


Cuando entramos en el segundo avión es cuando nos dimos cuenta de que esto se acababa. La mayoría delos viajeros eran españoles por lo que no podíamos hablar con tanta libertad como lo habíamos hecho durante los cuatro meses anteriores. Comenzábamos a entendar todas las conversaciones que había a nuestro alrededor y eso a alguno no le gustaba nada.


Unos asientos cómodos ¿eh?

El último bocado polaco fueron unos pierogi dulce por gentileza de la aerolínea.


Delicioso,¿verdad?

En Barajas nos esperaba, además de algunos familiares, mucha gente y tráfico para regresar a casa. ¿Qué mejor forma de volver a la realidad española con el inicio del puente de la Constitución?

Alguna lágrima se derramó en el aeropuerto pero aún no nos habíamos separado y ya nos íbamos a ver de nuevo a la semana siguiente. Nava de la Asunción y la matanza en la casa de la familia Garcia García serían nuestro siguiente puento de encuentro.

España nos esperaba

Aquí acaba la experiencia en Polonia que gracias a la beca Leonardo da Vinci he podido disfrutar. Sin duda,lo mejor han sido los viajes por el país y alrededores, conocer la cultura polaca y convivir con mis compañeros.

Tras una "dura" y fría mañana de matanza, un rico ganso nos esperaba en la mesa.

¿Próximo destino? De momento no hay ninguno a la vista pero se aceptan sugerencias. Y si finalmente lo hubiera, volvería a relatar mis peripecias en este blog con el que espero que hayáis disfrutado.

¡Muchas gracias a todos por estar ahí!

viernes, 28 de noviembre de 2008

Última parada: Dresden

Nuestro último viaje desde tierras polacas fue a la vecina Alemania.Esta vez a Dresden, ciudad con espíritu innovador ya que aquí se creó la pasta de dientes, el sujetador y el filtro de café entre otros.

Nos levantamos bien prontito el sábado por la mañana para coger un tren a eso de las 7.45 dirección oeste. La cosa pintaba interesante porque Wroclaw había amanecido con una fina capa de nieve.
El caso es que el "equipo viaje" comenzó su última aventura en la PKP. Como no iba a ser menos esta vez algo nos tenía que pasar.
Para ir a Dresden hay que cambiar de tren en la frontera, Zgorzelec y ahí coger un tren alemán. Por lo menos eso es lo que decía el billete.

"¿Dónde estámos?¿Qué hacemos?"


Pues seguimos las instrucciones y descendimos del tren en una especie de apeadero en el que había algo más de nieve que en Polonia en la que no se veía ni un mal. Mientras nuestro tren se alejaba fuimos a ver que podíamos hacer porque estaba claro que no estábamos en la estación adecuada. El siguiente tren para Dresden pasaba en cuatro horas, así que decidimos andar un poco por si encontrábamos algo. Estábamos para ser grabadas por una cámara para el típico vídeo de inocentadas.

Conseguimos llegar a un pueblo, preguntar por la estación de autobuses en un gasolinera y conseguir llegar hasta ella. Parecía que el problema estaba resuelto, pero ni mucho menos. Desde ahí no había ningún bus a Gorlitz, que parecía ser el pueblo donde nos deberíamos haber bajado.
El caso es que vimos un mapa y nos dimos cuenta que estábamos en Gorlitz, es decir, la parte polaca del pueblo se llama Zgorzelec y la alemana Gorlitz, y sólo les separa el río.
Decidimos coger un taxi en vez de un bus urbano a la estación alemana de trenes y poder reanudar nuestro viaje. Todo estaba solucionado, cogeríamos un tren a Dresden en una hora así que aprovechamos a almorzar, reírnos de los paletas que somos y entrar en calor.

Vista panorámica del casco antiguo de Dreden

A partir de ahí todo sigió el curso normal. Alemania nos esperaba con nieve, ventisca y una sensación térmica de bajo cero pero conseguimos sobrevivir.


Nos dimos una vuelta por la tarde-noche para ver el centro histórico, comimos en un vietnamita y nos hicimos una idea de la ciudad ya que al atardecer tan pronto no podíamos hacer mucho turismo.
Descansamos en el albergue que reservamos en la parte nueva de la ciudad y al día siguiente seguiríamos la ruta planeada.



Una temperatura estupenda,¿eh?

Vimos los patios interiores en Neustadt y cruzamos el puente de Augusto dejando atrás el caballero dorado para pasar a Altstadt. Ahí entremos en la iglesia luterana de la plaza del mercado nuevo, nos fotografiamos en la Ópera Semper, vimos los jardines del palacio real, el ayuntamiento,... La idea era comer en el mercado navideño una salchichas y tomar algo de vino caliente pero resulta que no abrian hasta el jueves siguiente así que nos quedamos con las ganas. Pero como somos como unas niñas, nos lo pasamos genial haciendo fotos en el mercado. Nos dio tiempo hasta a acercarnos a la fábrica de Volswagen.

La verdad es que el tiempo estropeó bastante la visita porque no se disfruta lo mismo y además las vistas son bastantes diferentes de una estación a otra. Pero ya tenemos una excusa para volver.

Unos de los patios interiores de la parte nueva de la ciudad

A las 16h cogimos el tren, nos unimos a Raquel y Tomás que también habían pasado el fin de semana allí pero en casa de unos amigos, dejamos la ciudad del Elba y volvimos a tierra del este.


¿Quién dijo que no se puede disfrutar en el mercado navideño si está cerrado?


Con un poco de tristeza nos despedimos de la PKP, que tantos momentos buenos nos ha dado, tantas risas y viajes que hemos disfrutado. ¡Qué será de nosotras sin nuestra querida PKP!


Las dos últimas semanas en Polonia nos esperaban con termómetros bajo cero y nieve, pero lo estábamos deseando. No nos podíamos ir desde este país sin sufrir su fría climatología.


Foto de despedida de la PKP en la estación de Wroclaw ( pa pa PKP!)