viernes, 28 de noviembre de 2008

Última parada: Dresden

Nuestro último viaje desde tierras polacas fue a la vecina Alemania.Esta vez a Dresden, ciudad con espíritu innovador ya que aquí se creó la pasta de dientes, el sujetador y el filtro de café entre otros.

Nos levantamos bien prontito el sábado por la mañana para coger un tren a eso de las 7.45 dirección oeste. La cosa pintaba interesante porque Wroclaw había amanecido con una fina capa de nieve.
El caso es que el "equipo viaje" comenzó su última aventura en la PKP. Como no iba a ser menos esta vez algo nos tenía que pasar.
Para ir a Dresden hay que cambiar de tren en la frontera, Zgorzelec y ahí coger un tren alemán. Por lo menos eso es lo que decía el billete.

"¿Dónde estámos?¿Qué hacemos?"


Pues seguimos las instrucciones y descendimos del tren en una especie de apeadero en el que había algo más de nieve que en Polonia en la que no se veía ni un mal. Mientras nuestro tren se alejaba fuimos a ver que podíamos hacer porque estaba claro que no estábamos en la estación adecuada. El siguiente tren para Dresden pasaba en cuatro horas, así que decidimos andar un poco por si encontrábamos algo. Estábamos para ser grabadas por una cámara para el típico vídeo de inocentadas.

Conseguimos llegar a un pueblo, preguntar por la estación de autobuses en un gasolinera y conseguir llegar hasta ella. Parecía que el problema estaba resuelto, pero ni mucho menos. Desde ahí no había ningún bus a Gorlitz, que parecía ser el pueblo donde nos deberíamos haber bajado.
El caso es que vimos un mapa y nos dimos cuenta que estábamos en Gorlitz, es decir, la parte polaca del pueblo se llama Zgorzelec y la alemana Gorlitz, y sólo les separa el río.
Decidimos coger un taxi en vez de un bus urbano a la estación alemana de trenes y poder reanudar nuestro viaje. Todo estaba solucionado, cogeríamos un tren a Dresden en una hora así que aprovechamos a almorzar, reírnos de los paletas que somos y entrar en calor.

Vista panorámica del casco antiguo de Dreden

A partir de ahí todo sigió el curso normal. Alemania nos esperaba con nieve, ventisca y una sensación térmica de bajo cero pero conseguimos sobrevivir.


Nos dimos una vuelta por la tarde-noche para ver el centro histórico, comimos en un vietnamita y nos hicimos una idea de la ciudad ya que al atardecer tan pronto no podíamos hacer mucho turismo.
Descansamos en el albergue que reservamos en la parte nueva de la ciudad y al día siguiente seguiríamos la ruta planeada.



Una temperatura estupenda,¿eh?

Vimos los patios interiores en Neustadt y cruzamos el puente de Augusto dejando atrás el caballero dorado para pasar a Altstadt. Ahí entremos en la iglesia luterana de la plaza del mercado nuevo, nos fotografiamos en la Ópera Semper, vimos los jardines del palacio real, el ayuntamiento,... La idea era comer en el mercado navideño una salchichas y tomar algo de vino caliente pero resulta que no abrian hasta el jueves siguiente así que nos quedamos con las ganas. Pero como somos como unas niñas, nos lo pasamos genial haciendo fotos en el mercado. Nos dio tiempo hasta a acercarnos a la fábrica de Volswagen.

La verdad es que el tiempo estropeó bastante la visita porque no se disfruta lo mismo y además las vistas son bastantes diferentes de una estación a otra. Pero ya tenemos una excusa para volver.

Unos de los patios interiores de la parte nueva de la ciudad

A las 16h cogimos el tren, nos unimos a Raquel y Tomás que también habían pasado el fin de semana allí pero en casa de unos amigos, dejamos la ciudad del Elba y volvimos a tierra del este.


¿Quién dijo que no se puede disfrutar en el mercado navideño si está cerrado?


Con un poco de tristeza nos despedimos de la PKP, que tantos momentos buenos nos ha dado, tantas risas y viajes que hemos disfrutado. ¡Qué será de nosotras sin nuestra querida PKP!


Las dos últimas semanas en Polonia nos esperaban con termómetros bajo cero y nieve, pero lo estábamos deseando. No nos podíamos ir desde este país sin sufrir su fría climatología.


Foto de despedida de la PKP en la estación de Wroclaw ( pa pa PKP!)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Curiosidades polacas

Tras una semanita hasta arriba de curro (leáse irónicamente) he sacado un hueco en mi agenda para escribir esta entrada con las curiosidades polacas que hemos encontrado en estas tierras. Lo que me faltan son imagenes para corroborarlo pero ya llegarán. De momento os tendréis que conformar con otras fotos.


En el tema alimentario hay que decir aunque la mayoría bebe agua con gas como en muchas partes de Europa, lo que no falta ni un día en la comida es una sopita y como guarnición del segundo plato, las patatas. Normalmente suele ser puré pero puede que un día te den la sorpresa y haya patatas fritas o asadas.
Claro, lo de las sopas es entendible por el frío pero entonces, ¿por qué comen helados en pleno invierno? En nuestro caso las heladería estarían cerradas por esta época pero aquí no paran el todo el año.
Para entrar en calor ya toman la bebida alcohólica por excelencia en este país, el vodka. Si sales de fiesta olvídate de decirle a la camarera o camarero de turno, que te ponga un poco más o un poco menos. Aquí, como en Inglaterra, la medida de alcohol en una copa esta regido por el “taponcillo” (single) que usan para echarlo. Además lo más normal, sin contar lo de tomarlo a palo seco, es echar zumo o Sprite. Pero eso si, nada de hielos. Os podéis imaginar como sabe eso.



Unas alubias blancas y morcilla de León para sentirnos como en casa.Ese fue el menú del domingo pasado.



Pero la comida da para mucho más. Con la humedad que hay aquí el pan polaco no dura más de 4 días sin que le aparezca algo de moho. Y en los supermercados puedes encontrar Cherry Coke y Mirinda aunque aquí lo que se bebe es Coca Cola, por lo menos en algo nos parecemos. En cambio las Pringles no tiene éxito en el mercado polaco porque son adictos a las Lay’s.
Lo más sorprendente de todo ha sido que aunque haya una gran variedad de salchichas en este país, la mayoría llevan un plástico muy fino y a veces imperceptible. Y claro, si tú te vas a hacer unas salchichitas, y no sabes nada, pues ya sea en el microondas o en la sartén, tu cena ya tendrá un condimento añadido, si es que consigues que se te hagan.

Cambiamos de ámbito y nos vamos al tráfico.
Como en nuestra querida España de los 70, donde el coche de moda era el SEAT 600, aquí lo que existe es el Fiat 125. Nosotros le llamamos cariñosamente “Fiat polski”. Parece mentira que quepa más de una persona en ese mini auto. Lo gracioso es que les hay hasta ¡tuneados!
A eso de las 22 u 23h la gran parte de los semáforos de las ciudades se ponen en ámbar intermitente, y es cuando empieza el lema de “sálvese quien pueda”. En los principales cruces da miedo pasar. Si eres peatón, por el riesgo que corres ya que nunca sabes si los coches tendrán piedad de tí o no. Si eres conductor no tienes ni idea si aparecerá algún flipado a toda caña por alguna otra calle, quien cede el paso a quien, y además tener en cuenta a los tranvías. ¡Un lío!
Una vez que has sobrevivido a la ley del más fuerte toca aparcar. Según nos han contado antes la gente no tenía coches y claro, ahora lo que hay son muchos coches pero no sitios para aparcar. La solución: aparcar en sus amplias aceras. Pero no se puede aparcar de cualquier manera, o en línea o en batería como en nuestro país. Aquí tienes que hacerlo según mande el dibujo de la señal. Y la verdad es que hay unas cuantas y a cada cual más impresionante.



Esta señal indica como tienes que aparcar, en este caso en la acera. Pero hay otras muy interesantes.



Después de todo, habrás podido llegar al centro comercial de cada distrito que hay junto a la iglesia, beber agua con una rodajita de limón (aunque sea mineral) y darte cuenta de la cantidad de chicas jóvenes que son madres.


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Por cierto, os dejo el enlace al vídeo clip que ha hecho Nuria,una de mis compañeras, para el concurso de Coldplay.Lo que veréis será nuestra casa, a mi compi Ruth y las vistas de la ciudad.¡Necesitamos muchas visitas para que gane!


Y aunque en ese no salga, en otro montaje que hizo me podréis ver.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Otro cumpleaños en tierras extranjeras

Cuanto tiempo,¿no? Muchas cosas han pasado así que intentaré no aburriros.

La semana pasada tuvimos una cena con la gente que nos lleva aquí la beca. Lo gracioso fue que la cena era en el bar donde no nos habían dejado entrar la semana anterior porque había una fiesta privada. Pero esta vez sí que entramos.

Nos hicieron un pequeño test para ver si habíamos aprendido cosillas de aquí, con premios incluidos. Yo por ser la más rápida en contestar (aunque fallé una pregunta) me llevé el premio gordo, un vodka típico. Aún no lo hemos probado porque esperaremos a alguna celebración.


Después, aunque era miércoles ( a mí el jueves me lo habían dado libre) nos fuimos de fiesta al bar ´Mañana´. Suelen poner música latina, y así fue, una tras otra en castellano, por lo menos el 90 % de las canciones. Estábamos en nuestra salsa, por fin conociamos más de dos canciones y además las podíamos cantar. Lo malo es que incluyeron canciones como la Macarena, en fin...


Unos bailes, canciones latinas y unos vodkas


La semana pasó volando porque se avecinaba un gran puente y con ello un gran viaje. Mis compis a la capital alemana a celebrar la caída del muro, y yo la visita de Arancha y Pedro.


Nosotros alquilamos un coche y nos atravesamos el país de sur a norte para poder llegar a orillas del Mar Báltico. A la llegada de los burgaleses les enseñé un poco Wroclaw y el sábado partimos hacia Poznan y Torun. Pedro y yo nos turnábamos para conducir el Peugeot 308 por las pésimas carreteras polacas. Porque aquí lo de las autovías escasea, así que por carreteras nacionales con un montón de pasos de peatones y radares a las entradas de los pueblos.

Por el momento, a los chicos les iba gustando el país. Tuvimos que lamentar la pérdida de la guía de Pedro, que sólo tenía un par de días, y que no ha podido amortizar.





El flautista de Torun, que según cuenta la leyenda, libró a la ciudad de una plaga de ranas.



Lo mejor llega ahora, ya que el domingo 9 de noviembre, salimos de Torun y a 20 min de cumplir 24 añitos, me para la policía. Amablemente me dicen en polaco algo pero le comentó que no tengo ni idea del idioma. Me hace saber que me he pasado 25 km/h el límite de velocidad y que tengo que abonar 100 zlotys (aprox 33 euros). Pues nada, el caso es que se lleva mi carné y los papeles del coche, y cuando vuelve, yo con la cartera en la mano, me dice que no, que no le pague. Así que no le vamos a insistir, retomamos la carretera y a Gdansk. ¿Me lo habrá perdonado por ser mi cumple? ¿O llegará una notita a mi casa?

El caso , es que finalmente llegamos al hotel fantasma a las afueras de la ciudad, y nos vamos de turismo. Entre llamada y mensaje,conseguimos ver la mayor ciudad portuaria de este país. Y como no, nos encontramos con algún español, esta vez unos Erasmus asturianos que también estaban de visita.
Con unas cervecitas celebramos el cumple, como véis nada de soplar velas, sólo cervezas.



Mi "amigo" el policía que se portó con la primera multa.


Al día siguiente, nos damos otro paseo, esta vez de día porque aquí a las 4 de la tarde ya es de noche, y hacer turismo en estas condiciones pierde un poco.

Después nos acercamos a Sopot, una ciudad pegada a Gdansk donde tienen casa los ricachones del norte. Acercarse a la península de Hel fue tarea difícil, porque el GPS nos mandaba por campo a través y las señales brillaban por su ausencia. El caso es que conseguimos llegar pero como ya había oscurecido nos perdimos el paisaje, que es lo mejor de ese viaje por una península que llega en algunos momentos a tener 2oo mentros de ancho.



¿En la playa en noviembre?



El martes, día de la independencia polaca, dejamos la ciudad de Günter Grass, Lech Walesa y Arthur Schopenhauer y nos dirijimos al castillo más grande de Polonia, Malbork. Contruido por los caballeros de la Orden Teutónica es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.



Aunque tarde, llegamos a Hel


Rumbo a Ciechocinek, pequeño pueblo con balnearios de sales yodadas donde comeríamos, la policía me volvió a parar. De esta no me libre ya que el poli hablaba inglés, así que contribuí con 100 zl, espero que por lo menos sean para mejorar las carreteras, por pasarme de nuevo 25 km/h.
Y como no había tenido bastante, a 100 km de Wroclaw, me tocó coger el coche de nuevo. Ya de noche, tengo la suerte de que un señor mayor esté andando por la carretera sin ningún tipo de prenda reflectante y se eche a la carretera. Un pequeño movimiento de volante y problema solucionado. Menos mal que iba despacio. Pero claro, ahí no quedaba la cosa. Nos esperaba un grupo de jabalíes cruzando la carretera y para lo que tuve que pegar un ligero frenazo.

Patio del castillo medieval de Malbork


En fin, si viajar en tren en Polonia es toda una experiencia no os cuento el conducir. El caso es que mis amigos se fueron contentos de aquí, les sorprendió gratamente el país, y pasamos buenos momentos juntos.


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DZIEKUJE BARDZO (MUCHAS GRACIAS) a todos por las felicitaciones. Ruth y yo intentaremos celebrarlo aquí con todos y poder soplar las velas.

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Fin de semana de relax?

Ya tocaba, aunque yo ya me había quedado el anterior, estar un fin de semana en casa, descansando de tanto viaje y tanta maleta.
En el trabajo me dieron el viernes libre así que aproveché para organizar la visita de Arancha y Pedro: planificar ruta, reservar coche, buscar alojamiento... Tras horas delante del ordenador, el día terminó saliendo de fiesta.Con visita incluida, estuvimos probando diferentes tipos de vodka polaco ( pero no todos los existentes en el mercado) y después a mover el esqueleto en la noche de Halloween.

Primer bar: los chicos tienen que pagar ( para que veáis que esta discriminación no sólo existe en España) así que nos vamos.


La fiesta comienza en casa...


Segundo: al que entramos porque la música se oía desde fuera y no era conocida. Tras "marcar territorio" como dice nuestro hombre, nos encaminamos a pedir. Una de las camareras nos comenta que es una fiesta privada pero hacemos caso omiso. Al rato viene a repetirnoslo. Intentamos colar eso de "es que acabamos de pedir" y nos contesta que el barman no nos va a atender, así que no es posible. Por lo que retrocedemos sobre nuestros pasos y nos vamos. Es curioso, en nuestro país habría un tipo en la puerta del bar para asegurarse que nadie que no esté invitado entre a esa fiesta, pero ¿aquí?Cómo nos lo íbamos a imaginar si no había nadie que lo comentara a la entrada.

Pues nada, dejamos la plaza mayor o Rynek, y nos dirijimos a otra zona de bares y discotecas. Probamos en uno nuevo, pagamos unos escasos dos euros y ¡a cocerse!Y no en alcohol, sino de calor. Es que aquí hace un calor en los bares que llega a ser bastante molesto.

El caso es que al principio estuvimos en una de las plantas, pedimos unos (mini)vodkas con Sprite por casi 3 euros y a ver el espectáculo. Porque es a eso a lo que vas cuando sales de fiesta en este país. Gente borracha, como en todos los lados, bailes con unos aspamientos increíbles, contorsionistas, momentos erótico-festivos,... en fin...¡ver para creer!

... pero después sigue en los bares


Bajamos a otra planta en la que ponían música tipo R&B, pop, y sobre todo internacional,así que eso nos animó más. Aunque a las 4AM ya nos encaminamos hacia la parada del bus nocturno porque no estabamos para muchos más trotes y en breve los bares empezarían a cerrar.

El sábado, como cualquier otro en el que se sale la noche anterior, pues ya es medio sábado. La mañana durmiendo quien más quien menos porque sin persianas y con el día tan soleado que amaneció, era un poco difícil para gente con el sueño ligero como yo.




Una pequeña muestra de la luz que había en el cementerio


Pero por la tarde quisimos acercarnos al cementerio para ver en persona cómo celebran en un país como éste con el 98% de la población católica,el dia de Todos los Santos.Además se nos unió Konstanzja, la responsable de nuestra beca aquí. Paseillo de casi una hora por el cementerio a oscuras, sólo con la luz de las velas que la gente pone a sus seres queridos. La verdad es que sí que impresiona al principio ver tanta flor y vela junta, es curioso.


Y al final domingo, el día señalado para que nuestra querida directora del video-clip cogiera sus camáras, su guión y sus ideas, "engañara" a un par de compis para hacer de actrices, y ...¡acción! El resultado...habrá que esperar a que se monte y vea la luz, pero no os preocupéis que ya os lo pondré para que lo veáis ( si la directora me da permiso).

Uno, dos, tres...¡grabando!



Pero el currar gasta energía así que Tomás y Raquel prepararon un pedazo cocido ( ingredientes traidos de España expresamente para ello) para las currantas y para el resto de habitantes de la casa.Con su tocinito,su chorizito, esa morcilla de Burgos,...¡mmmm, nos supo a gloria!

Unos cambios en el planning del viaje al norte de Polonia, y se acabó el primer fin de semana de noviembre.Pero que ha dado mucho de si.


Al rico cocidito polaco, ¡ para chuparse los dedos!




Estas dos próximas semanas se van a pasar volando porque entre preparar los últimos detalles para los viajes (mis compis a Berlín y yo a Gdansk) y que como es puente, la siguiente semana sólo iremos tres días a currar ( y Eva, la responsable de la Junta de CyL de nuestra beca,nos visitará) nos plantaremos a mitad de mes. Lo que implicará que no quedará prácticamente nada para que esto acabe.¡Oooohhhh! Pero aún nos queda mucha guerra por dar en Polonia y viajes por disfrutar.¿Quién dijo que esto se había acabado?


Nos vemos.Besos.