viernes, 19 de diciembre de 2008

Na razie Polska

Mil perdones por no escribir una última entrada de mi estancia en Polonia. Comos os imaginaréis los últimos días allí fueron moviditos: despedida en el curro, comida con la organización polaca de la beca, regalos del amigo invisible, detalles para la familia,...un sinfín de cosas.¡Hasta aprendimos a cocinar una típica sopa polaca!



Foto de grupo con la organizadora de la beca y nuestro profesor de inglés en la comida de despedida


El viaje de vuelta fue cansado, básicamente porque no dormimos ya que nuestro avión despegaba del aeropuerto de Wroclaw a las 6.15 AM. Después nos tocó estar 3 horitas en Varsovia, y alguno que otro pudo echar una cabezadita en los asientos del aeropuerto de la capital polaca.


Ansiosos por abrir los regalos en nuestra última noche. Y para celebralo un brindis con auténtico vodka


Cuando entramos en el segundo avión es cuando nos dimos cuenta de que esto se acababa. La mayoría delos viajeros eran españoles por lo que no podíamos hablar con tanta libertad como lo habíamos hecho durante los cuatro meses anteriores. Comenzábamos a entendar todas las conversaciones que había a nuestro alrededor y eso a alguno no le gustaba nada.


Unos asientos cómodos ¿eh?

El último bocado polaco fueron unos pierogi dulce por gentileza de la aerolínea.


Delicioso,¿verdad?

En Barajas nos esperaba, además de algunos familiares, mucha gente y tráfico para regresar a casa. ¿Qué mejor forma de volver a la realidad española con el inicio del puente de la Constitución?

Alguna lágrima se derramó en el aeropuerto pero aún no nos habíamos separado y ya nos íbamos a ver de nuevo a la semana siguiente. Nava de la Asunción y la matanza en la casa de la familia Garcia García serían nuestro siguiente puento de encuentro.

España nos esperaba

Aquí acaba la experiencia en Polonia que gracias a la beca Leonardo da Vinci he podido disfrutar. Sin duda,lo mejor han sido los viajes por el país y alrededores, conocer la cultura polaca y convivir con mis compañeros.

Tras una "dura" y fría mañana de matanza, un rico ganso nos esperaba en la mesa.

¿Próximo destino? De momento no hay ninguno a la vista pero se aceptan sugerencias. Y si finalmente lo hubiera, volvería a relatar mis peripecias en este blog con el que espero que hayáis disfrutado.

¡Muchas gracias a todos por estar ahí!

viernes, 28 de noviembre de 2008

Última parada: Dresden

Nuestro último viaje desde tierras polacas fue a la vecina Alemania.Esta vez a Dresden, ciudad con espíritu innovador ya que aquí se creó la pasta de dientes, el sujetador y el filtro de café entre otros.

Nos levantamos bien prontito el sábado por la mañana para coger un tren a eso de las 7.45 dirección oeste. La cosa pintaba interesante porque Wroclaw había amanecido con una fina capa de nieve.
El caso es que el "equipo viaje" comenzó su última aventura en la PKP. Como no iba a ser menos esta vez algo nos tenía que pasar.
Para ir a Dresden hay que cambiar de tren en la frontera, Zgorzelec y ahí coger un tren alemán. Por lo menos eso es lo que decía el billete.

"¿Dónde estámos?¿Qué hacemos?"


Pues seguimos las instrucciones y descendimos del tren en una especie de apeadero en el que había algo más de nieve que en Polonia en la que no se veía ni un mal. Mientras nuestro tren se alejaba fuimos a ver que podíamos hacer porque estaba claro que no estábamos en la estación adecuada. El siguiente tren para Dresden pasaba en cuatro horas, así que decidimos andar un poco por si encontrábamos algo. Estábamos para ser grabadas por una cámara para el típico vídeo de inocentadas.

Conseguimos llegar a un pueblo, preguntar por la estación de autobuses en un gasolinera y conseguir llegar hasta ella. Parecía que el problema estaba resuelto, pero ni mucho menos. Desde ahí no había ningún bus a Gorlitz, que parecía ser el pueblo donde nos deberíamos haber bajado.
El caso es que vimos un mapa y nos dimos cuenta que estábamos en Gorlitz, es decir, la parte polaca del pueblo se llama Zgorzelec y la alemana Gorlitz, y sólo les separa el río.
Decidimos coger un taxi en vez de un bus urbano a la estación alemana de trenes y poder reanudar nuestro viaje. Todo estaba solucionado, cogeríamos un tren a Dresden en una hora así que aprovechamos a almorzar, reírnos de los paletas que somos y entrar en calor.

Vista panorámica del casco antiguo de Dreden

A partir de ahí todo sigió el curso normal. Alemania nos esperaba con nieve, ventisca y una sensación térmica de bajo cero pero conseguimos sobrevivir.


Nos dimos una vuelta por la tarde-noche para ver el centro histórico, comimos en un vietnamita y nos hicimos una idea de la ciudad ya que al atardecer tan pronto no podíamos hacer mucho turismo.
Descansamos en el albergue que reservamos en la parte nueva de la ciudad y al día siguiente seguiríamos la ruta planeada.



Una temperatura estupenda,¿eh?

Vimos los patios interiores en Neustadt y cruzamos el puente de Augusto dejando atrás el caballero dorado para pasar a Altstadt. Ahí entremos en la iglesia luterana de la plaza del mercado nuevo, nos fotografiamos en la Ópera Semper, vimos los jardines del palacio real, el ayuntamiento,... La idea era comer en el mercado navideño una salchichas y tomar algo de vino caliente pero resulta que no abrian hasta el jueves siguiente así que nos quedamos con las ganas. Pero como somos como unas niñas, nos lo pasamos genial haciendo fotos en el mercado. Nos dio tiempo hasta a acercarnos a la fábrica de Volswagen.

La verdad es que el tiempo estropeó bastante la visita porque no se disfruta lo mismo y además las vistas son bastantes diferentes de una estación a otra. Pero ya tenemos una excusa para volver.

Unos de los patios interiores de la parte nueva de la ciudad

A las 16h cogimos el tren, nos unimos a Raquel y Tomás que también habían pasado el fin de semana allí pero en casa de unos amigos, dejamos la ciudad del Elba y volvimos a tierra del este.


¿Quién dijo que no se puede disfrutar en el mercado navideño si está cerrado?


Con un poco de tristeza nos despedimos de la PKP, que tantos momentos buenos nos ha dado, tantas risas y viajes que hemos disfrutado. ¡Qué será de nosotras sin nuestra querida PKP!


Las dos últimas semanas en Polonia nos esperaban con termómetros bajo cero y nieve, pero lo estábamos deseando. No nos podíamos ir desde este país sin sufrir su fría climatología.


Foto de despedida de la PKP en la estación de Wroclaw ( pa pa PKP!)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Curiosidades polacas

Tras una semanita hasta arriba de curro (leáse irónicamente) he sacado un hueco en mi agenda para escribir esta entrada con las curiosidades polacas que hemos encontrado en estas tierras. Lo que me faltan son imagenes para corroborarlo pero ya llegarán. De momento os tendréis que conformar con otras fotos.


En el tema alimentario hay que decir aunque la mayoría bebe agua con gas como en muchas partes de Europa, lo que no falta ni un día en la comida es una sopita y como guarnición del segundo plato, las patatas. Normalmente suele ser puré pero puede que un día te den la sorpresa y haya patatas fritas o asadas.
Claro, lo de las sopas es entendible por el frío pero entonces, ¿por qué comen helados en pleno invierno? En nuestro caso las heladería estarían cerradas por esta época pero aquí no paran el todo el año.
Para entrar en calor ya toman la bebida alcohólica por excelencia en este país, el vodka. Si sales de fiesta olvídate de decirle a la camarera o camarero de turno, que te ponga un poco más o un poco menos. Aquí, como en Inglaterra, la medida de alcohol en una copa esta regido por el “taponcillo” (single) que usan para echarlo. Además lo más normal, sin contar lo de tomarlo a palo seco, es echar zumo o Sprite. Pero eso si, nada de hielos. Os podéis imaginar como sabe eso.



Unas alubias blancas y morcilla de León para sentirnos como en casa.Ese fue el menú del domingo pasado.



Pero la comida da para mucho más. Con la humedad que hay aquí el pan polaco no dura más de 4 días sin que le aparezca algo de moho. Y en los supermercados puedes encontrar Cherry Coke y Mirinda aunque aquí lo que se bebe es Coca Cola, por lo menos en algo nos parecemos. En cambio las Pringles no tiene éxito en el mercado polaco porque son adictos a las Lay’s.
Lo más sorprendente de todo ha sido que aunque haya una gran variedad de salchichas en este país, la mayoría llevan un plástico muy fino y a veces imperceptible. Y claro, si tú te vas a hacer unas salchichitas, y no sabes nada, pues ya sea en el microondas o en la sartén, tu cena ya tendrá un condimento añadido, si es que consigues que se te hagan.

Cambiamos de ámbito y nos vamos al tráfico.
Como en nuestra querida España de los 70, donde el coche de moda era el SEAT 600, aquí lo que existe es el Fiat 125. Nosotros le llamamos cariñosamente “Fiat polski”. Parece mentira que quepa más de una persona en ese mini auto. Lo gracioso es que les hay hasta ¡tuneados!
A eso de las 22 u 23h la gran parte de los semáforos de las ciudades se ponen en ámbar intermitente, y es cuando empieza el lema de “sálvese quien pueda”. En los principales cruces da miedo pasar. Si eres peatón, por el riesgo que corres ya que nunca sabes si los coches tendrán piedad de tí o no. Si eres conductor no tienes ni idea si aparecerá algún flipado a toda caña por alguna otra calle, quien cede el paso a quien, y además tener en cuenta a los tranvías. ¡Un lío!
Una vez que has sobrevivido a la ley del más fuerte toca aparcar. Según nos han contado antes la gente no tenía coches y claro, ahora lo que hay son muchos coches pero no sitios para aparcar. La solución: aparcar en sus amplias aceras. Pero no se puede aparcar de cualquier manera, o en línea o en batería como en nuestro país. Aquí tienes que hacerlo según mande el dibujo de la señal. Y la verdad es que hay unas cuantas y a cada cual más impresionante.



Esta señal indica como tienes que aparcar, en este caso en la acera. Pero hay otras muy interesantes.



Después de todo, habrás podido llegar al centro comercial de cada distrito que hay junto a la iglesia, beber agua con una rodajita de limón (aunque sea mineral) y darte cuenta de la cantidad de chicas jóvenes que son madres.


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Por cierto, os dejo el enlace al vídeo clip que ha hecho Nuria,una de mis compañeras, para el concurso de Coldplay.Lo que veréis será nuestra casa, a mi compi Ruth y las vistas de la ciudad.¡Necesitamos muchas visitas para que gane!


Y aunque en ese no salga, en otro montaje que hizo me podréis ver.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Otro cumpleaños en tierras extranjeras

Cuanto tiempo,¿no? Muchas cosas han pasado así que intentaré no aburriros.

La semana pasada tuvimos una cena con la gente que nos lleva aquí la beca. Lo gracioso fue que la cena era en el bar donde no nos habían dejado entrar la semana anterior porque había una fiesta privada. Pero esta vez sí que entramos.

Nos hicieron un pequeño test para ver si habíamos aprendido cosillas de aquí, con premios incluidos. Yo por ser la más rápida en contestar (aunque fallé una pregunta) me llevé el premio gordo, un vodka típico. Aún no lo hemos probado porque esperaremos a alguna celebración.


Después, aunque era miércoles ( a mí el jueves me lo habían dado libre) nos fuimos de fiesta al bar ´Mañana´. Suelen poner música latina, y así fue, una tras otra en castellano, por lo menos el 90 % de las canciones. Estábamos en nuestra salsa, por fin conociamos más de dos canciones y además las podíamos cantar. Lo malo es que incluyeron canciones como la Macarena, en fin...


Unos bailes, canciones latinas y unos vodkas


La semana pasó volando porque se avecinaba un gran puente y con ello un gran viaje. Mis compis a la capital alemana a celebrar la caída del muro, y yo la visita de Arancha y Pedro.


Nosotros alquilamos un coche y nos atravesamos el país de sur a norte para poder llegar a orillas del Mar Báltico. A la llegada de los burgaleses les enseñé un poco Wroclaw y el sábado partimos hacia Poznan y Torun. Pedro y yo nos turnábamos para conducir el Peugeot 308 por las pésimas carreteras polacas. Porque aquí lo de las autovías escasea, así que por carreteras nacionales con un montón de pasos de peatones y radares a las entradas de los pueblos.

Por el momento, a los chicos les iba gustando el país. Tuvimos que lamentar la pérdida de la guía de Pedro, que sólo tenía un par de días, y que no ha podido amortizar.





El flautista de Torun, que según cuenta la leyenda, libró a la ciudad de una plaga de ranas.



Lo mejor llega ahora, ya que el domingo 9 de noviembre, salimos de Torun y a 20 min de cumplir 24 añitos, me para la policía. Amablemente me dicen en polaco algo pero le comentó que no tengo ni idea del idioma. Me hace saber que me he pasado 25 km/h el límite de velocidad y que tengo que abonar 100 zlotys (aprox 33 euros). Pues nada, el caso es que se lleva mi carné y los papeles del coche, y cuando vuelve, yo con la cartera en la mano, me dice que no, que no le pague. Así que no le vamos a insistir, retomamos la carretera y a Gdansk. ¿Me lo habrá perdonado por ser mi cumple? ¿O llegará una notita a mi casa?

El caso , es que finalmente llegamos al hotel fantasma a las afueras de la ciudad, y nos vamos de turismo. Entre llamada y mensaje,conseguimos ver la mayor ciudad portuaria de este país. Y como no, nos encontramos con algún español, esta vez unos Erasmus asturianos que también estaban de visita.
Con unas cervecitas celebramos el cumple, como véis nada de soplar velas, sólo cervezas.



Mi "amigo" el policía que se portó con la primera multa.


Al día siguiente, nos damos otro paseo, esta vez de día porque aquí a las 4 de la tarde ya es de noche, y hacer turismo en estas condiciones pierde un poco.

Después nos acercamos a Sopot, una ciudad pegada a Gdansk donde tienen casa los ricachones del norte. Acercarse a la península de Hel fue tarea difícil, porque el GPS nos mandaba por campo a través y las señales brillaban por su ausencia. El caso es que conseguimos llegar pero como ya había oscurecido nos perdimos el paisaje, que es lo mejor de ese viaje por una península que llega en algunos momentos a tener 2oo mentros de ancho.



¿En la playa en noviembre?



El martes, día de la independencia polaca, dejamos la ciudad de Günter Grass, Lech Walesa y Arthur Schopenhauer y nos dirijimos al castillo más grande de Polonia, Malbork. Contruido por los caballeros de la Orden Teutónica es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.



Aunque tarde, llegamos a Hel


Rumbo a Ciechocinek, pequeño pueblo con balnearios de sales yodadas donde comeríamos, la policía me volvió a parar. De esta no me libre ya que el poli hablaba inglés, así que contribuí con 100 zl, espero que por lo menos sean para mejorar las carreteras, por pasarme de nuevo 25 km/h.
Y como no había tenido bastante, a 100 km de Wroclaw, me tocó coger el coche de nuevo. Ya de noche, tengo la suerte de que un señor mayor esté andando por la carretera sin ningún tipo de prenda reflectante y se eche a la carretera. Un pequeño movimiento de volante y problema solucionado. Menos mal que iba despacio. Pero claro, ahí no quedaba la cosa. Nos esperaba un grupo de jabalíes cruzando la carretera y para lo que tuve que pegar un ligero frenazo.

Patio del castillo medieval de Malbork


En fin, si viajar en tren en Polonia es toda una experiencia no os cuento el conducir. El caso es que mis amigos se fueron contentos de aquí, les sorprendió gratamente el país, y pasamos buenos momentos juntos.


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DZIEKUJE BARDZO (MUCHAS GRACIAS) a todos por las felicitaciones. Ruth y yo intentaremos celebrarlo aquí con todos y poder soplar las velas.

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Fin de semana de relax?

Ya tocaba, aunque yo ya me había quedado el anterior, estar un fin de semana en casa, descansando de tanto viaje y tanta maleta.
En el trabajo me dieron el viernes libre así que aproveché para organizar la visita de Arancha y Pedro: planificar ruta, reservar coche, buscar alojamiento... Tras horas delante del ordenador, el día terminó saliendo de fiesta.Con visita incluida, estuvimos probando diferentes tipos de vodka polaco ( pero no todos los existentes en el mercado) y después a mover el esqueleto en la noche de Halloween.

Primer bar: los chicos tienen que pagar ( para que veáis que esta discriminación no sólo existe en España) así que nos vamos.


La fiesta comienza en casa...


Segundo: al que entramos porque la música se oía desde fuera y no era conocida. Tras "marcar territorio" como dice nuestro hombre, nos encaminamos a pedir. Una de las camareras nos comenta que es una fiesta privada pero hacemos caso omiso. Al rato viene a repetirnoslo. Intentamos colar eso de "es que acabamos de pedir" y nos contesta que el barman no nos va a atender, así que no es posible. Por lo que retrocedemos sobre nuestros pasos y nos vamos. Es curioso, en nuestro país habría un tipo en la puerta del bar para asegurarse que nadie que no esté invitado entre a esa fiesta, pero ¿aquí?Cómo nos lo íbamos a imaginar si no había nadie que lo comentara a la entrada.

Pues nada, dejamos la plaza mayor o Rynek, y nos dirijimos a otra zona de bares y discotecas. Probamos en uno nuevo, pagamos unos escasos dos euros y ¡a cocerse!Y no en alcohol, sino de calor. Es que aquí hace un calor en los bares que llega a ser bastante molesto.

El caso es que al principio estuvimos en una de las plantas, pedimos unos (mini)vodkas con Sprite por casi 3 euros y a ver el espectáculo. Porque es a eso a lo que vas cuando sales de fiesta en este país. Gente borracha, como en todos los lados, bailes con unos aspamientos increíbles, contorsionistas, momentos erótico-festivos,... en fin...¡ver para creer!

... pero después sigue en los bares


Bajamos a otra planta en la que ponían música tipo R&B, pop, y sobre todo internacional,así que eso nos animó más. Aunque a las 4AM ya nos encaminamos hacia la parada del bus nocturno porque no estabamos para muchos más trotes y en breve los bares empezarían a cerrar.

El sábado, como cualquier otro en el que se sale la noche anterior, pues ya es medio sábado. La mañana durmiendo quien más quien menos porque sin persianas y con el día tan soleado que amaneció, era un poco difícil para gente con el sueño ligero como yo.




Una pequeña muestra de la luz que había en el cementerio


Pero por la tarde quisimos acercarnos al cementerio para ver en persona cómo celebran en un país como éste con el 98% de la población católica,el dia de Todos los Santos.Además se nos unió Konstanzja, la responsable de nuestra beca aquí. Paseillo de casi una hora por el cementerio a oscuras, sólo con la luz de las velas que la gente pone a sus seres queridos. La verdad es que sí que impresiona al principio ver tanta flor y vela junta, es curioso.


Y al final domingo, el día señalado para que nuestra querida directora del video-clip cogiera sus camáras, su guión y sus ideas, "engañara" a un par de compis para hacer de actrices, y ...¡acción! El resultado...habrá que esperar a que se monte y vea la luz, pero no os preocupéis que ya os lo pondré para que lo veáis ( si la directora me da permiso).

Uno, dos, tres...¡grabando!



Pero el currar gasta energía así que Tomás y Raquel prepararon un pedazo cocido ( ingredientes traidos de España expresamente para ello) para las currantas y para el resto de habitantes de la casa.Con su tocinito,su chorizito, esa morcilla de Burgos,...¡mmmm, nos supo a gloria!

Unos cambios en el planning del viaje al norte de Polonia, y se acabó el primer fin de semana de noviembre.Pero que ha dado mucho de si.


Al rico cocidito polaco, ¡ para chuparse los dedos!




Estas dos próximas semanas se van a pasar volando porque entre preparar los últimos detalles para los viajes (mis compis a Berlín y yo a Gdansk) y que como es puente, la siguiente semana sólo iremos tres días a currar ( y Eva, la responsable de la Junta de CyL de nuestra beca,nos visitará) nos plantaremos a mitad de mes. Lo que implicará que no quedará prácticamente nada para que esto acabe.¡Oooohhhh! Pero aún nos queda mucha guerra por dar en Polonia y viajes por disfrutar.¿Quién dijo que esto se había acabado?


Nos vemos.Besos.

viernes, 24 de octubre de 2008

Varsovia 2008

Pues sí, por fin fuimos a la capital polaca. Esta vez se nos unieron Rocío y Sara, que junto a Noelia decidieron ir en coche mientras que el resto íbamos con nuestra querida PKP.


Esther, la exiliada, nos fue a recoger a la estación central para llevarnos a su chocita en una zona bastante nueva y residencial de Varsovia. Así que nos montamos en el mentro, casi atravesamos toda la ciudad con la única línea de metro que hay, y allí nos encontramos a las conductoras.Ya era tarde, así cada uno a su hogar ( 3 en casa de Esther y otras 3 en un hostal) que al día siguiente había que "pasarse" por turista.


Pequeñito el regalito ruso,¿eh?



El punto de encuentro el sábado fue el palacio de cultura. Uno de los edificios más altos de Varsovia y que fue un regalo de los soviéticos y al que la mayoría de los polacos no aprecian nada. En caso es que subimos a la terraza para tener una vista panorámica de la ciudad pero el grisáceo día hizo que desluciera la vista. Aunque ahí fue donde nos encontramos ya a españoles ( tres santanderinos que estaban de turismo y un grupo de jovenes del Liceo Francés de Madrid).

Una vez abajo, nos dirijimos al casco viejo. Vimos a Copérnico, que junto con Adam Mickiewicz y Josef Poniatowski, ya son como de la familia, porque nos los encontramos allí donde vamos (Esther siento plagiarte la frase).
Fuimos visitando las iglesias ( incluida la de las Carmelitas que fue uno de los pocos edificios que quedó en pie tras la II GM), entramos en la universidad (hasta vimos dar clase a un profesor con sus cuatro pizarras), pasamos por el Palacion Real,...Hacía frío pero no nos importaba aunque alguna para entrar en calor decidió hacer unos pasos de hip-hop en el Rynek de la ciudad vieja junto a unos chavales que había allí.


La sirena Sawa que de donde viene el nombre de la ciudad,(y el pescador Wars) según la leyenda


Comimos en un restaurante que preparaba comida judía y que a algunas más que a otras, no nos entusiasmó tanto. Con energías nuevas y alegrando un poco el día con nuestros cánticos,fuimos a ver la catedral, la barbacana, la ciudad nueva donde no nos olvidamos de fotografiarnos con la legendaria sirena. Desde ahí, previo paso por el museo de Marie Curie (que nació aquí) pasamos a ver el gran monumento a la insurreción de Varsovia en el 44. Ya puestas, nos fuimos a los jardines Sajones a ver el monumento en recuerdo al soldado desconocido. Nos encontramos unos Erasmus cordobeses que estaban también de visita y hablamos para salir por la noche.

Como ya había oscurecido decidimos tomar un té/chocolate para entrar en calor. Y claro, pues ya puestas eludimos las recomendaciones de la embajada española y nos fuimos a las 20.30 al barrio de Praga. Parece ser que es un poco peligroso pero las ganas de ver algun edificio de viviendas que aún estaba en pie después de que hubieran arrasado la ciudad en la guerra nos pudo. Y es que es allí donde Polanski grabó parte de su famosa película "El pianista".

El monumento representa a los soldados en defensa de las barricadas y a otro grupo entrando en las cloacas



Nos parecían pocas cosas así que una vez en casa ayudamos a Nuria a poner en marcha su" carta de presentación"(nuriaruano.blogspot.com) para un voluntariado europeo y que será una manera de visitarle en Metz. Así nos dieron casi las 3 de la madrugada...Nada de fiesta pero nos acostamos tarde.


Estábamos muertas el domingo, pero sacamos fuerzas para ver lo poco que nos quedaba de la ciudad. Ese día tocó la ruta real ( por las residencias reales que hay en su trayecto) hasta llegar al parque Lazienki donde entre otras tantas cosas se encuentra el monumento a Chopin. Ya estaba visto todo así que nos tomamos el día del Señor con relajación y nos dedicamos a caminar tranquilamente por los jardines y a tomar instantáneas con ese paisaje tan otoñal.



Esto es lo que pasas si gritas "Spanish meeting point" a la hora del cambio de guardia en el monumento en conmemoración al soldado desconocido



Antes de tomar el tren de vuelta a casa, comimos típica comida polaca (pierogi) y algunas nos atrevimos con hígado de pollo (cuando lo pedimos desconociamos lo que era pero nos arriesgamos y a alguna le salió mal la jugada).Con un pequeño rife-rafe con la camarera porque estaba mal hechas las cuentas y nos había tratando con poco respeto, acabó la visita.

La compra de unas postalillas y de El País, fue lo último que hicimos en Varsovia, lugar que no es evidentemente idéntico a lo que fue antes del alzamiento de 1944 pero que es patrimonio de la UNESCO como "ejemplo de reconstrucción casi total de una secuencia histórica".


¿Encontraremos la inspiración en la naturaleza como le ocurrió a Chopin?




Dejamos la capital, que aunque no sea tan bonita como otras ciudades del país, no tiene por que dejarse de lado. Mucha historia tiene: el pacto de Varsovia, el Ghetto judío, su desaparición del mapa por la II GM,...
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Siento el retraso y sé que estáis ahí todos esperando anhelantes mis noticias desde estas tierras pero lo compensaré con otra entrada en un par de días.

domingo, 12 de octubre de 2008

A la rica bebida española

En la última entrada del blog comenté que nos fuimos a tomar algo el domingo. Pues Tomás, nuestro hombre, decidió tomarse un vinito tinto español. Eso sabía a rayos así que decidió pedir coca-cola para conseguir una mezcla un poco más agradable al paladar y al estómago. Después fueron los hielos porque sino no había quien se tomara ese calimocho. Aún así, engañó un poco al cuerpo y se lo pudo beber, pero las caras que ponía eran un poema.

Las estudiantes de polaco, Nuria, Noemí y yo, quedamos como cada lunes con nuestro profesor de inglés para que nos enseñe polaco y nosotras a él, español. El caso es que trajo a un amigo y fuimos a un bar llamado Salvador. Esta vez nos tocaba pagar a alguna de nosotras, así que sorprendidas al ver en la carta " Sangría, calimocho, tinto de verano,..." decidimos probar lo primero como muestra de nuestra tierra. Pero evidentemente eso no era la auténtica sangría,de hecho, le echaron una bebida alcohólica que no supimos saber a lo que equivalía en España.


Tomás haciendo calimocho en Polonia



Lorenzo se ha portado bien y esta semana tampoco nos ha abandonado, así que con temperaturas máximas que rondaban los 18 ºC hemos pasado la semana con una sonrisa en la cara.

En el almacén alguno de los trabajadores mayores ya me ofrecen hasta chocolate caliente por mañanas aunque les diga que no les entiendo porque no hablo polaco, pero aún así ellos han tenido ese detalle. Un poco harta de cronometrar tiempos de un producto que no hacen con tanta frecuencia como el primero, así es como he terminado cada jornada laboral de esta soleada semana. Así que mientras me pongo música y yo tan feliz, creo que los del almacén van a pensar que estoy loca cuando me ven balbucear palabras en otro idioma.

Con la noticia de que el Depor jugaría un partido de la UEFA contra el Poznan, ciudad en la que estuvimos hace dos semanas, Ruth y yo nos animamos a verlo en vivo. Sólo hay que encontrar la manera de comprar las entradas. Pero nuestro gozo en un pozo al decirnos la Junta que nuestro vuelo de vuelta se había cancelado y que nos lo adelantaban un día. Por lo que es imposible que el 4 de diciembre estemos en el estadio del Lech de Poznan y el dia 5 muy temprano estemos volando hacia nuestras casas. Así que nos conformaremos con verlo por la tele, probablemente con mi compi de curro, que me comentó de ir a verlo en un bar.

El viernes salimos a tomar algo aunque nos volvimos pronto a casa ya que ayer,sábado, cuatro intrépidas y "deportistas" nos animamos a ir a Sobotka, un pueblo a 35 km. al sureste de Wroclaw para subir una monte.


¡Qué divertido fue el viaje en bus!


Para empezar el viaje en bus no tuvo desperdicio. Imaginaos, autobús de línea antiguo, de esto tipo "Cuéntame...", con una apaño de alambre en la parte trasera, vendiendo los billetes en el mismo autobus sin tener en cuenta a la gente que los habíamos comprado en la taquilla. Todas los asientos ocupados, y seguía entrando más gente así que les tocaba ir de pie a lo largo del pasillo hasta llegar a las escaleras de las puertas de entrada/salida. Como dice Nuria, sólo faltaba la gallina ahí dentro. ¡Fue muy gracioso!



Los 45 min. del viaje sentadas, ¡ qué afortunadas!

Llegamos al pueblo y una chica polaca nos habla en español, que ella estudiaba filología hispánica y tal, preguntándonos que hacíamos por Polonia,... No hay viaje al que vayamos, por muy remoto pueblo que sea en el que no aparezca un polaco que hable español, curioso, ¿eh? Bueno, más bien, es para que tengamos cuidado con las cosas que decimos en un país en el que en teoría nadie nos entiende.

Conseguimos localizar las marcas de la ruta hacia el monte Sleza. A eso de las 2 de la tarde, puntuales para comer, coronamos la cima que se alza a 718 m. sobre el nivel del mar. En contraste con el bonito día que disfrutábamos, nos encontramos allí arriba a un montón de domingueros que le quitaron el encanto al lugar. Hay que decir, que tampoco tiene nada de otro mundo el sitio:la mítica cruz, una iglesia, el mirador, un pequeño bar-cafetería y.... el repetidor de telecomunicaciones.¡Una maravilla de la naturaleza!



Inicio de la "ascensión" al monte Sleza donde también hay toros de piedra como en Guisando


Tras el descanso y la fotos de rigor, en hora y cuarto bajamos de nuevo al pueblo, teniendo cierto cuidado porque los resbalones nos podían pasar factura a cualquiera.



Fácil, ¿no?



La vuelta en bus no iba a ser menos interesante que la ida. Hacemos cola en el supuesto bus que iba a Wroclaw y que debería salir a las 6 de la tarde pero ya ha pasado más de un cuarto de hora y el conductor no aparece. Y de repente, llega otro bus con gente, parecido al de la mañana y en el que teníamos que entrar todos. Esta vez como no teníamos el billete nos tocó pagarlo ahí como la mayoría. Pero claro, eso implicó que nuestras piernas no descansaran durante el viaje. Así que de pie ( conseguimos hasta adoptar una postura que nos permitiera cerrar un poco los ojos) y sufriendo un pequeño atasco a la entrada de la ciudad , por fin llegamos de nuestro periplo montañero. Los dolores de espalda y las agujetas aparecerán en los próximos días.


Nos faltó la bandera de España al coronar la cima

Hoy, en honor a nuestra patria y a la Virgen de El Pilar, comeremos todos juntos unas patatas con carne. Cualquier excusa es buena, y para culminarlo nos acercaremos a un centro comercial y merendaremos un heladito.Quién lo diría, a 12 de octubre y comiendo un helado en Polonia.Es lo que tiene el cambio climátco y que está semana nos hayan dado el dinero de la manutención para lo que nos queda en tierras del este europeo. 1735 zlotys en un sobre, ¡parecía que era nuestro primer sueldo!

domingo, 5 de octubre de 2008

El otoño ya llegó

Vuelta al curro después de la semanita de descanso y del viaje por tierras de Copérnico. La verdad, es que no hay nada a destacar entre semana. Seguimos con las clasecillas de polaco aunque ya sepamos las horas, los colores,...es imposible recordar todos los nombres y pronunciarlos lo mejor posible. Pero hacemos todo lo que está en nuestras manos.

Los virus de mis compis llegaron al ático, y Ruth y yo ya estamos con el moquillo fuera todo el día pero mientras no vaya a peor, no hay problema.


Con el castillo de Ksiaz de fondo

La semana en casa ha dado un bizcocho y un tarta de queso, parece que esto se empieza a calentar y estamos en una disputa paa ver quien es el mejor repostero. Aunque de momento los platos no han variado mucho ya que hemos tenido por ahora tres bizcochos y una tarta.

En el curro pues como siempre, acabando mis tareas, a ratos un pelín aburrida y a otros un pelín estresada, por llamarlo así, en mi pelea con el excel.

El viernes nos juntamos todos en una plaza cercana al Rynek donde habían puesto esta semana un mercadillo de artesanía, comida,...Así que cargamos con ambar, libros, bisutería, una taza que a la media hora se me cayó y quedo inservible (¡qué buena inversión!),...Después pasamos por la estación de tren para que estos chicos cogieran lo billetes para Berlín para noviembre, y a casa a descansar que éstabamos muertos.


Entrada al castillo



Ayer madrugamos (para algunos más que para otros como yo que ya estamos más que acostumbrados) para irnos a un pueblo cercano a Wroclaw donde está el tercer castillo más grande de Polonia. Una caminata de media hora por el bosque hasta llegar a este edificio. Por fuera era muy chulo, sobre todo con el colorido otoñal que lo rodeaba. Pero por dentro dejaba bastante que desear, ni punto de comparación con nuestro alcázar de Segovia, por ejemplo.El caso es que finalmente el día salió bueno y lo disfrutamos en el monte, que también hay cultura más allá de las ciudades. Además conocimos a un alemán-polaco que vivió once años en Canarias, ¡vaya mezcla!


Una bonita vista desde el mirador que tanto nos costó encontrar

Para acabar el día, preparamos una cena común muy española con jamón serrano, chorizo de Guijuelo, salchichón casero, ensaladita,...¡Teníamos que reponer todo lo que habíamos quemado!

Hoy empezamos el día con un chocolatito caliente, y depués de las tareas domésticas seguro que nos animamos a tomar algo en el centro por la tarde.

Como véis, no nos lo montamos nada mal en estas frías tierras del Este.

martes, 30 de septiembre de 2008

Un viaje en la PKP es sinónimo de aventura

Como dijo mi compi Ruth, cada viaje en un tren polaco es una auténtica aventura.

El fin de semana pasado, tras cuatro días de vacaciones que me dieron en el curro, nos fuimos las intrépidas viajeras a Poznan y Torun.

Para empezar, comprar los billetes es ya una odisea. Los empleados de las taquillas no hablan inglés, primer punto, segundo, nos debió tocar una en prácticas porque no se aclaraba. Si a esto le sumamos que aquí los billetes te los venden por trayecto y día, nada de un tren específico con su horario y tu asiento, pues ya os imagináis.
Corriendo llegamos a la estacion el viernes por la tarde y pillamos uno de tantos trenes que tomaríamos ese finde.Cambio de tren en 5 min, veloces como un rayo llegamos al destino. Parecía que iba a salir bien, y eso que no dábamos un duro por ello. Pero como no, siempre falla algo, y ese día fue que en el segundo tren, que era regional, ibámos de pie, hacinados como si hacia un campo de concentración se tratara. No había asiento libre que durase más de un segundo vacío y el resto nos manteniamos como podíamos a lo largo del pasillo y las puertas. Además, para hacer más ameno el trayecto, un polaco le dio por reproducir su música techno del móvil a todo volumen. Sin comentar al señor algo borracho que pasaba al lado nuestro hablando tonterías en inglés.

Un tranvía qe hace de punto de información de la candidatura a la capitalidad europea de la cultura 2016.



La avanzadilla de Varsovia, es decir, Esther, había llegado horas antes así que había hecho un primer recorrido por la ciudad.Así que cuando el tren llegó a su destino final allí estaba ella para recibirnos.Torun, pequeña pero bonita localidad donde nació Copérnico. El tiempo acompañaba así que disfrutamos como unas enanas de la feria medieval, el paseo por el río,del té y la tarta de manzana en una acogedora cafetería,...



Copérnico en la plaza mayor (Rynek) de Torun



Sábado por la tarde, rumbo a Poznan. Lo reseñable de esa parte fue que la mujer nos había vendido cinco billetes en vez de los seis que le habíamos pedido. Menos mal que el revisor se portó y no nos cobró.

Una vez llegados a la segunda ciudad financiera de Polonia y sede de todas las ferias internacionales, fuimos al céntrico hostal a descansar. Como estábamos avisadas que no había mucho que ver, nos tomamos relajadamente la visita turística. Un garbeo por el Rynek (uno de lo más bonitos por ahora) de noche,y por la mañana vimos el resto de la ciudad. Parecía que no había ni un alma en la calle un domingo por la mañana, pero a mediodía los turistas salieron a ver los 12 topetazos de las cabras del reloj del Ayuntamiento. Ni que decir tiene, que por mucho que hagan, como el toque de trompeta de Cracovia no hay nada.



El grupo de viajeras en las ruinas medievales de Torun



Sólo quedaba el viaje de vuelta, el más movidito en cuanto a problemas de billetes se refiere.

Nos montamos en el tren ,que resultó ser un intercity (más rápido, mejor calidad y un poco más caro) pero nuestro billete no era para ese y no lo sabiamos. Llega el revisor e intenta explicarnoslo, menos mal que uno de los hombres que había en nuestro compartimento hablaba inglés y fue algo más facil resolver el lío. Al final, sopesando las opciones que había, pagamos de nuevo el billete integro y nos firmaron un papel para que nos devolvieran el 90% del importe del otro billete. Todo esto duró como poco media hora.



El ayuntamiento en la plaza mayor de Poznan



Bueno, finalmente conseguimos llegar a nuestra casa después de un gran finde lleno de aventuras férreas.¡Cómo molan estos viajes!

domingo, 21 de septiembre de 2008

Un mes ya por tierras del este

Pues sí, el jueves pasado cumplimos un mes desde que aterrizamos en el aeroperto de Wroclaw.

Se nos ha pasado a todos volando entre clases, viajes y el comienzo del curro, casi no tenemos findes para ir a los sitios que queremos visitar.¡Queremos más!

Con un cartel del festival Wrastilavia cantans que habrá en Wroclaw

La semanita ha transcurrido con total normalidad, yo midiendo tiempos en el almacén de la fábrica todo el día. Los trabajadores han preguntado que quién era esa chica que andaba por ahí todo el rato observando y hasta cuando me iba a quedar. Lo malo que en el curro están hablando en polaco, evidentemente, y no es lo mismo que si fuera un idioma que entendiera ya que las bromas y los comentarios que hacen en momentos de descanso hacen que mi jefe piense que estoy triste. Pero no es así, por supuesto. Ahora les enseño palabras en español de vez en cuando y después nos echamos unas risas cuando las comentan en el comedor al resto de empleados.

A parte, Pawel ( como no otro más en estas tierras), el compi de mi departamento más joven, me enseña expresiones y gramatica polaca y yo lo mismo en castellano.

Hay bastantes gnomos repartidos por la ciudad como parte de una leyenda, pero éstos no son los auténticos.


El jueves tuvimos nuestra primera clase particular de inglés en casa con el profesor que tuvimos en el curso inicial, que para variar se llama Pawel. ( Nosotros ya les añadimos el "Pawel the first" o el ordinal que sea para enterarnos de quien hablamos). Estuvo bastante bien porque hace mucho hincapié en la pronunciación que es lo que nos falla a los españoles por lo general. Y hemos quedado tres de nosotras con él todos los lunes para que nos enseñe frases útiles en polaco y de paso el aprende español que también quiere. La verdad es que con tanto idioma no vamos hablar ninguno en condiciones.

Con unos Erasmus españoles salimos de fiesta el viernes, estuvimos en su residencia , un piso de 16 plantas que no piensas que va a ser un colegio mayor, y después en otra zona diferente de bares a la del centro. Y el sábado quedamos con mi compi Pawel para que nos enseñara algo de la fiesta aquí.


Una noche de fiesta con 90% música en polaco


Comentar que hace un calor horroroso en todos los bares de Polonia y que además tienen zonas bien diferenciadas para bailar, tomar algo sentados (esta parte es considerablemente más grande aquí que en España, ya que en nuestro país ésta desaparece de la mayoría de los bares por la noche),...Y sobre el baile de los habitantes de este lugar decir a su favor que por lo menos mueven todas las partes de su cuerpo, no como los españoles que parece que sólo sabemos moverlo en bloque. Aunque en su contra decir que es verdad que beben bastante y que después el ambiente en la pista de baile está caldeado entre el alcohol y lo provocativo de sus bailes. Es lo que tiene estas tierras frías en las que estando en verano tenemos puesto ya el abrigo de invierno.

Y poco a poco nos mimetizamos con los polacos, conocemos sus costumbres y algunos de sus lugares preferidos.

Otra semana comienza y esperemos que termine con un viaje a Poznan y viendo a Esther, la exiliada que tenemos en la capital.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Una semana completita

La semana parecía tranquila hasta que tuvimos el susto. Mi compi de habitación tuvo un pequeño percance ya que se cayó la escalera del ático y ella detrás, lo que implicó que conociéramos el servicio médico polaco. Llamada a la ambulancia y después al hospital militar, allí estuvimos con la peque dos días, mimándola como ella se merece. A parte yo tuve que ir a hacer el reconocimiento médico para el trabajo, así que fueron unas cuantas horas de ambulatorios y hospitales.

En uno de los pasadizos de la fortaleza de Klodzko

El jueves comenzó mi vida laboral con las prácticas en la empresa, aunque la verdad que hago las 8h como cualquier polaco de a pie y no las 6h como la mayoría de mis compis. Lo malo de mi empresa que está en un pueblo a las afueras y no llega ningún transporte urbano así que siempre dependo de gente del curro para ir y volver a casa, lo que es un fastidio por una parte.
El primer día transcurrió tranquilo, conociendo un poco a la gente, las oficinas y el proceso de almacenamiento de los diferentes productos que fabrican. Tengo mi puestecito aunque no tengo conexión a internet en el ordenador, lo cual no ayuda nada.Pero el viernes, además de que acompañara el tiempo, fue bastante aburrido así que practicamente ví pasar las horas.

Un pequeño museo en la fortaleza

Por lo demás, nos dan la comida allí y suelen comer en 20 min. Todo el mundo habla en polaco, por supuesto, así que es como si comiera sola practicamente. Mi jefe y un compañero del departamento (somos 7 en total), que se llama Pawel para variar, son con los únicos que hablo en inglés. Con éste también vuelvo a casa así que ya me ha dicho que el próximo fin de semana nos enseña a todos la fiesta nocturna en Wroclaw.

Ayer aprovechamos para ir a un pequeño pueblo cerca de las montañas donde hay una fortaleza y donde puedes recorrer los pasadizos subterráneos donde guardaban la pólvora. La visita era en polaco así que no entendíamos nada pero fue divertido bajar unos pocos metros por un túnel de 50x50 cm en cuclillas e intentar no abrirnos la cabeza en otro tramo del laberinto.

Algo para entrar en calor

Como parece que el otoño ya ha llegado a estas tierras y nosotros nos queríamos resistir acabamos un poco heladas de la excursión a Klodzko. Pero en cuanto llegamos a casa entramos rápidamente en calor, y preparamos una sesión de cine en casa para los diez :"Expiación" fue la peli seleccionada por la cinéfila del grupo.

Y hoy por fin hemos dormido sin que ningún despertador nos molestara y hemos recuperado fuerzas para la celebración de las fiesta de Nava de la Asunción. De esta localidad segoviana es Ruth, mi compi de habitación, que ayer nos convocó a todos para festejar las fiestas de su pueblo con una comida en honor al Santísimo Cristo de la Expiración. Nos lo hemos pasado en grande, todo hay que decirlo. ¿Cuál serán las siguientes?

martes, 9 de septiembre de 2008

48h en Praga

Seis intrépidas castellanoleonesas cogimos un autobús a las 2.30 de la madrugada del sábado desde Wroclaw para poder visitar el París de los años 20 en los años 90, como a veces es conocida la capital checa.

El viaje como imaginaréis no fue una maravilla entre el aire acondicionado y la calidad de las carreteras, pero allí estábamos a las 7 de la mañana dispuestas a recorrer cada calle praguense.



Con la ciudad de fondo

Tras ubicarnos, coger el metro y llegar al albergue, que por cierto estaba muy bien situado, para registrarnos, nos tomamos un buen desayuno. Cambio de ropa y de moneda, y con ciertas ojeras, nos dirijimos hacía el puente Carlos para llegar al castillo. Menos mal que era bien prontito y aún los turistas no se habían apoderado de la ciudad. Daba gusto andar sin calles abarrotadas como lo iban a estar unas horas más tarde.

Desde aquella altura se contemplaba una ciudad preciosa y con bastantes cosas que ver. Con un montón de edificios art-decó y otro barrio judío por descubrir.Tras patearnos aquella parte de la ciudad, ver el cambio de guardia y comprar algun libro de Kafka en la casa donde vivió, volvimos al centro a comer algo. Estábamos muertas y aún nos quedaba mucho por delante.

Tras la clavada en la comida, por la tarde fuimos a la plaza Mayor con su reloj astrológico y a patearnos el resto de las calles colindantes. Cada paso que dabas te encontrabas cosas muy chulas.

Casa donde vivió Kafaka, en la callejuela dorada

A eso de las 7 no podíamos con el alma así que hicimos una paradita en una terraza para después enfilar hacia el albergue.Allí dejamos a dos acostaditas mientras el resto nos fuimos a dar un pequeño paseo nocturno por la ciudad de las cien cúpulas.


Evidentementes nos retiramos pronto porque llevábamos un palizón a nuestras espaldas y aún algo habíamos dejado por visitar para el domingo.

Reloj astrológico de la torre de la plaza mayor


Aunque con más tranquilidad, nos dimos una vueltecilla por ambas orillas del río Moldava y callejeábamos sin prisa alguna para finalmente llegar a Josefov, el barrio judío. No entramos en niguna de las siete sinagogas que había pero nos hacíamos una idea con las cosas que decían los guías a los grupos de españoles o franceses ( tenemos dos "gabachillas" en el grupo y eso en estos casos es una gran ventaja para poner el oído).


Alguna comprilla por la tarde y todo había quedado cerrado. Conseguimos ver prácticamente toda Praga en un fin de semana,algo duro, pero que mereció la pena. Con algo de lluvia volvimos a la estación de buses para regrasar a nuestro dulce hogar temporal en Polonia.



El cubismo en Praga


Por cierto, ¿había alguien trabajando en España este fin de semana pasado?Porque en Praga podías hablar español los dos días, sin articular ninguna palabra en inglés, sin problema alguno.