
Foto de grupo con la organizadora de la beca y nuestro profesor de inglés en la comida de despedida
El viaje de vuelta fue cansado, básicamente porque no dormimos ya que nuestro avión despegaba del aeropuerto de Wroclaw a las 6.15 AM. Después nos tocó estar 3 horitas en Varsovia, y alguno que otro pudo echar una cabezadita en los asientos del aeropuerto de la capital polaca.

Ansiosos por abrir los regalos en nuestra última noche. Y para celebralo un brindis con auténtico vodka
Cuando entramos en el segundo avión es cuando nos dimos cuenta de que esto se acababa. La mayoría delos viajeros eran españoles por lo que no podíamos hablar con tanta libertad como lo habíamos hecho durante los cuatro meses anteriores. Comenzábamos a entendar todas las conversaciones que había a nuestro alrededor y eso a alguno no le gustaba nada.
Unos asientos cómodos ¿eh?
El último bocado polaco fueron unos pierogi dulce por gentileza de la aerolínea.
Delicioso,¿verdad?
En Barajas nos esperaba, además de algunos familiares, mucha gente y tráfico para regresar a casa. ¿Qué mejor forma de volver a la realidad española con el inicio del puente de la Constitución?
España nos esperaba
Aquí acaba la experiencia en Polonia que gracias a la beca Leonardo da Vinci he podido disfrutar. Sin duda,lo mejor han sido los viajes por el país y alrededores, conocer la cultura polaca y convivir con mis compañeros.
1 comentario:
Estela no olvides que tienes un viaje a la nieve pendiente!
Un besazo
Tomás
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