domingo, 12 de octubre de 2008

A la rica bebida española

En la última entrada del blog comenté que nos fuimos a tomar algo el domingo. Pues Tomás, nuestro hombre, decidió tomarse un vinito tinto español. Eso sabía a rayos así que decidió pedir coca-cola para conseguir una mezcla un poco más agradable al paladar y al estómago. Después fueron los hielos porque sino no había quien se tomara ese calimocho. Aún así, engañó un poco al cuerpo y se lo pudo beber, pero las caras que ponía eran un poema.

Las estudiantes de polaco, Nuria, Noemí y yo, quedamos como cada lunes con nuestro profesor de inglés para que nos enseñe polaco y nosotras a él, español. El caso es que trajo a un amigo y fuimos a un bar llamado Salvador. Esta vez nos tocaba pagar a alguna de nosotras, así que sorprendidas al ver en la carta " Sangría, calimocho, tinto de verano,..." decidimos probar lo primero como muestra de nuestra tierra. Pero evidentemente eso no era la auténtica sangría,de hecho, le echaron una bebida alcohólica que no supimos saber a lo que equivalía en España.


Tomás haciendo calimocho en Polonia



Lorenzo se ha portado bien y esta semana tampoco nos ha abandonado, así que con temperaturas máximas que rondaban los 18 ºC hemos pasado la semana con una sonrisa en la cara.

En el almacén alguno de los trabajadores mayores ya me ofrecen hasta chocolate caliente por mañanas aunque les diga que no les entiendo porque no hablo polaco, pero aún así ellos han tenido ese detalle. Un poco harta de cronometrar tiempos de un producto que no hacen con tanta frecuencia como el primero, así es como he terminado cada jornada laboral de esta soleada semana. Así que mientras me pongo música y yo tan feliz, creo que los del almacén van a pensar que estoy loca cuando me ven balbucear palabras en otro idioma.

Con la noticia de que el Depor jugaría un partido de la UEFA contra el Poznan, ciudad en la que estuvimos hace dos semanas, Ruth y yo nos animamos a verlo en vivo. Sólo hay que encontrar la manera de comprar las entradas. Pero nuestro gozo en un pozo al decirnos la Junta que nuestro vuelo de vuelta se había cancelado y que nos lo adelantaban un día. Por lo que es imposible que el 4 de diciembre estemos en el estadio del Lech de Poznan y el dia 5 muy temprano estemos volando hacia nuestras casas. Así que nos conformaremos con verlo por la tele, probablemente con mi compi de curro, que me comentó de ir a verlo en un bar.

El viernes salimos a tomar algo aunque nos volvimos pronto a casa ya que ayer,sábado, cuatro intrépidas y "deportistas" nos animamos a ir a Sobotka, un pueblo a 35 km. al sureste de Wroclaw para subir una monte.


¡Qué divertido fue el viaje en bus!


Para empezar el viaje en bus no tuvo desperdicio. Imaginaos, autobús de línea antiguo, de esto tipo "Cuéntame...", con una apaño de alambre en la parte trasera, vendiendo los billetes en el mismo autobus sin tener en cuenta a la gente que los habíamos comprado en la taquilla. Todas los asientos ocupados, y seguía entrando más gente así que les tocaba ir de pie a lo largo del pasillo hasta llegar a las escaleras de las puertas de entrada/salida. Como dice Nuria, sólo faltaba la gallina ahí dentro. ¡Fue muy gracioso!



Los 45 min. del viaje sentadas, ¡ qué afortunadas!

Llegamos al pueblo y una chica polaca nos habla en español, que ella estudiaba filología hispánica y tal, preguntándonos que hacíamos por Polonia,... No hay viaje al que vayamos, por muy remoto pueblo que sea en el que no aparezca un polaco que hable español, curioso, ¿eh? Bueno, más bien, es para que tengamos cuidado con las cosas que decimos en un país en el que en teoría nadie nos entiende.

Conseguimos localizar las marcas de la ruta hacia el monte Sleza. A eso de las 2 de la tarde, puntuales para comer, coronamos la cima que se alza a 718 m. sobre el nivel del mar. En contraste con el bonito día que disfrutábamos, nos encontramos allí arriba a un montón de domingueros que le quitaron el encanto al lugar. Hay que decir, que tampoco tiene nada de otro mundo el sitio:la mítica cruz, una iglesia, el mirador, un pequeño bar-cafetería y.... el repetidor de telecomunicaciones.¡Una maravilla de la naturaleza!



Inicio de la "ascensión" al monte Sleza donde también hay toros de piedra como en Guisando


Tras el descanso y la fotos de rigor, en hora y cuarto bajamos de nuevo al pueblo, teniendo cierto cuidado porque los resbalones nos podían pasar factura a cualquiera.



Fácil, ¿no?



La vuelta en bus no iba a ser menos interesante que la ida. Hacemos cola en el supuesto bus que iba a Wroclaw y que debería salir a las 6 de la tarde pero ya ha pasado más de un cuarto de hora y el conductor no aparece. Y de repente, llega otro bus con gente, parecido al de la mañana y en el que teníamos que entrar todos. Esta vez como no teníamos el billete nos tocó pagarlo ahí como la mayoría. Pero claro, eso implicó que nuestras piernas no descansaran durante el viaje. Así que de pie ( conseguimos hasta adoptar una postura que nos permitiera cerrar un poco los ojos) y sufriendo un pequeño atasco a la entrada de la ciudad , por fin llegamos de nuestro periplo montañero. Los dolores de espalda y las agujetas aparecerán en los próximos días.


Nos faltó la bandera de España al coronar la cima

Hoy, en honor a nuestra patria y a la Virgen de El Pilar, comeremos todos juntos unas patatas con carne. Cualquier excusa es buena, y para culminarlo nos acercaremos a un centro comercial y merendaremos un heladito.Quién lo diría, a 12 de octubre y comiendo un helado en Polonia.Es lo que tiene el cambio climátco y que está semana nos hayan dado el dinero de la manutención para lo que nos queda en tierras del este europeo. 1735 zlotys en un sobre, ¡parecía que era nuestro primer sueldo!

2 comentarios:

Lyd dijo...

jajajajaja --> "Así que mientras me pongo música y yo tan feliz, creo que los del almacén van a pensar que estoy loca cuando me ven balbucear palabras en otro idioma."
besos desde Milton Keynes ;)

Anónimo dijo...

Oyeeeeeeeee, que nos tienes abandonados. A ver si te has echado un Darek...