domingo, 5 de octubre de 2008

El otoño ya llegó

Vuelta al curro después de la semanita de descanso y del viaje por tierras de Copérnico. La verdad, es que no hay nada a destacar entre semana. Seguimos con las clasecillas de polaco aunque ya sepamos las horas, los colores,...es imposible recordar todos los nombres y pronunciarlos lo mejor posible. Pero hacemos todo lo que está en nuestras manos.

Los virus de mis compis llegaron al ático, y Ruth y yo ya estamos con el moquillo fuera todo el día pero mientras no vaya a peor, no hay problema.


Con el castillo de Ksiaz de fondo

La semana en casa ha dado un bizcocho y un tarta de queso, parece que esto se empieza a calentar y estamos en una disputa paa ver quien es el mejor repostero. Aunque de momento los platos no han variado mucho ya que hemos tenido por ahora tres bizcochos y una tarta.

En el curro pues como siempre, acabando mis tareas, a ratos un pelín aburrida y a otros un pelín estresada, por llamarlo así, en mi pelea con el excel.

El viernes nos juntamos todos en una plaza cercana al Rynek donde habían puesto esta semana un mercadillo de artesanía, comida,...Así que cargamos con ambar, libros, bisutería, una taza que a la media hora se me cayó y quedo inservible (¡qué buena inversión!),...Después pasamos por la estación de tren para que estos chicos cogieran lo billetes para Berlín para noviembre, y a casa a descansar que éstabamos muertos.


Entrada al castillo



Ayer madrugamos (para algunos más que para otros como yo que ya estamos más que acostumbrados) para irnos a un pueblo cercano a Wroclaw donde está el tercer castillo más grande de Polonia. Una caminata de media hora por el bosque hasta llegar a este edificio. Por fuera era muy chulo, sobre todo con el colorido otoñal que lo rodeaba. Pero por dentro dejaba bastante que desear, ni punto de comparación con nuestro alcázar de Segovia, por ejemplo.El caso es que finalmente el día salió bueno y lo disfrutamos en el monte, que también hay cultura más allá de las ciudades. Además conocimos a un alemán-polaco que vivió once años en Canarias, ¡vaya mezcla!


Una bonita vista desde el mirador que tanto nos costó encontrar

Para acabar el día, preparamos una cena común muy española con jamón serrano, chorizo de Guijuelo, salchichón casero, ensaladita,...¡Teníamos que reponer todo lo que habíamos quemado!

Hoy empezamos el día con un chocolatito caliente, y depués de las tareas domésticas seguro que nos animamos a tomar algo en el centro por la tarde.

Como véis, no nos lo montamos nada mal en estas frías tierras del Este.

1 comentario:

Esther Moral dijo...

la cosa es dar envidia, no??
me acuerdo un montón de vosotras por aquí, a los paseos le faltan risas y se nota que el ambiente es de trabajo, pero todo es muy bonito.

besos desde Riga.