sábado, 15 de noviembre de 2008

Otro cumpleaños en tierras extranjeras

Cuanto tiempo,¿no? Muchas cosas han pasado así que intentaré no aburriros.

La semana pasada tuvimos una cena con la gente que nos lleva aquí la beca. Lo gracioso fue que la cena era en el bar donde no nos habían dejado entrar la semana anterior porque había una fiesta privada. Pero esta vez sí que entramos.

Nos hicieron un pequeño test para ver si habíamos aprendido cosillas de aquí, con premios incluidos. Yo por ser la más rápida en contestar (aunque fallé una pregunta) me llevé el premio gordo, un vodka típico. Aún no lo hemos probado porque esperaremos a alguna celebración.


Después, aunque era miércoles ( a mí el jueves me lo habían dado libre) nos fuimos de fiesta al bar ´Mañana´. Suelen poner música latina, y así fue, una tras otra en castellano, por lo menos el 90 % de las canciones. Estábamos en nuestra salsa, por fin conociamos más de dos canciones y además las podíamos cantar. Lo malo es que incluyeron canciones como la Macarena, en fin...


Unos bailes, canciones latinas y unos vodkas


La semana pasó volando porque se avecinaba un gran puente y con ello un gran viaje. Mis compis a la capital alemana a celebrar la caída del muro, y yo la visita de Arancha y Pedro.


Nosotros alquilamos un coche y nos atravesamos el país de sur a norte para poder llegar a orillas del Mar Báltico. A la llegada de los burgaleses les enseñé un poco Wroclaw y el sábado partimos hacia Poznan y Torun. Pedro y yo nos turnábamos para conducir el Peugeot 308 por las pésimas carreteras polacas. Porque aquí lo de las autovías escasea, así que por carreteras nacionales con un montón de pasos de peatones y radares a las entradas de los pueblos.

Por el momento, a los chicos les iba gustando el país. Tuvimos que lamentar la pérdida de la guía de Pedro, que sólo tenía un par de días, y que no ha podido amortizar.





El flautista de Torun, que según cuenta la leyenda, libró a la ciudad de una plaga de ranas.



Lo mejor llega ahora, ya que el domingo 9 de noviembre, salimos de Torun y a 20 min de cumplir 24 añitos, me para la policía. Amablemente me dicen en polaco algo pero le comentó que no tengo ni idea del idioma. Me hace saber que me he pasado 25 km/h el límite de velocidad y que tengo que abonar 100 zlotys (aprox 33 euros). Pues nada, el caso es que se lleva mi carné y los papeles del coche, y cuando vuelve, yo con la cartera en la mano, me dice que no, que no le pague. Así que no le vamos a insistir, retomamos la carretera y a Gdansk. ¿Me lo habrá perdonado por ser mi cumple? ¿O llegará una notita a mi casa?

El caso , es que finalmente llegamos al hotel fantasma a las afueras de la ciudad, y nos vamos de turismo. Entre llamada y mensaje,conseguimos ver la mayor ciudad portuaria de este país. Y como no, nos encontramos con algún español, esta vez unos Erasmus asturianos que también estaban de visita.
Con unas cervecitas celebramos el cumple, como véis nada de soplar velas, sólo cervezas.



Mi "amigo" el policía que se portó con la primera multa.


Al día siguiente, nos damos otro paseo, esta vez de día porque aquí a las 4 de la tarde ya es de noche, y hacer turismo en estas condiciones pierde un poco.

Después nos acercamos a Sopot, una ciudad pegada a Gdansk donde tienen casa los ricachones del norte. Acercarse a la península de Hel fue tarea difícil, porque el GPS nos mandaba por campo a través y las señales brillaban por su ausencia. El caso es que conseguimos llegar pero como ya había oscurecido nos perdimos el paisaje, que es lo mejor de ese viaje por una península que llega en algunos momentos a tener 2oo mentros de ancho.



¿En la playa en noviembre?



El martes, día de la independencia polaca, dejamos la ciudad de Günter Grass, Lech Walesa y Arthur Schopenhauer y nos dirijimos al castillo más grande de Polonia, Malbork. Contruido por los caballeros de la Orden Teutónica es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.



Aunque tarde, llegamos a Hel


Rumbo a Ciechocinek, pequeño pueblo con balnearios de sales yodadas donde comeríamos, la policía me volvió a parar. De esta no me libre ya que el poli hablaba inglés, así que contribuí con 100 zl, espero que por lo menos sean para mejorar las carreteras, por pasarme de nuevo 25 km/h.
Y como no había tenido bastante, a 100 km de Wroclaw, me tocó coger el coche de nuevo. Ya de noche, tengo la suerte de que un señor mayor esté andando por la carretera sin ningún tipo de prenda reflectante y se eche a la carretera. Un pequeño movimiento de volante y problema solucionado. Menos mal que iba despacio. Pero claro, ahí no quedaba la cosa. Nos esperaba un grupo de jabalíes cruzando la carretera y para lo que tuve que pegar un ligero frenazo.

Patio del castillo medieval de Malbork


En fin, si viajar en tren en Polonia es toda una experiencia no os cuento el conducir. El caso es que mis amigos se fueron contentos de aquí, les sorprendió gratamente el país, y pasamos buenos momentos juntos.


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DZIEKUJE BARDZO (MUCHAS GRACIAS) a todos por las felicitaciones. Ruth y yo intentaremos celebrarlo aquí con todos y poder soplar las velas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

vaya vaya, qué manera más apasionante y arriesgada de celebrar tu cumple, no??? jajaja, me alegro que lo pasaras bien.

Un besito pri. Maria