martes, 9 de septiembre de 2008

48h en Praga

Seis intrépidas castellanoleonesas cogimos un autobús a las 2.30 de la madrugada del sábado desde Wroclaw para poder visitar el París de los años 20 en los años 90, como a veces es conocida la capital checa.

El viaje como imaginaréis no fue una maravilla entre el aire acondicionado y la calidad de las carreteras, pero allí estábamos a las 7 de la mañana dispuestas a recorrer cada calle praguense.



Con la ciudad de fondo

Tras ubicarnos, coger el metro y llegar al albergue, que por cierto estaba muy bien situado, para registrarnos, nos tomamos un buen desayuno. Cambio de ropa y de moneda, y con ciertas ojeras, nos dirijimos hacía el puente Carlos para llegar al castillo. Menos mal que era bien prontito y aún los turistas no se habían apoderado de la ciudad. Daba gusto andar sin calles abarrotadas como lo iban a estar unas horas más tarde.

Desde aquella altura se contemplaba una ciudad preciosa y con bastantes cosas que ver. Con un montón de edificios art-decó y otro barrio judío por descubrir.Tras patearnos aquella parte de la ciudad, ver el cambio de guardia y comprar algun libro de Kafka en la casa donde vivió, volvimos al centro a comer algo. Estábamos muertas y aún nos quedaba mucho por delante.

Tras la clavada en la comida, por la tarde fuimos a la plaza Mayor con su reloj astrológico y a patearnos el resto de las calles colindantes. Cada paso que dabas te encontrabas cosas muy chulas.

Casa donde vivió Kafaka, en la callejuela dorada

A eso de las 7 no podíamos con el alma así que hicimos una paradita en una terraza para después enfilar hacia el albergue.Allí dejamos a dos acostaditas mientras el resto nos fuimos a dar un pequeño paseo nocturno por la ciudad de las cien cúpulas.


Evidentementes nos retiramos pronto porque llevábamos un palizón a nuestras espaldas y aún algo habíamos dejado por visitar para el domingo.

Reloj astrológico de la torre de la plaza mayor


Aunque con más tranquilidad, nos dimos una vueltecilla por ambas orillas del río Moldava y callejeábamos sin prisa alguna para finalmente llegar a Josefov, el barrio judío. No entramos en niguna de las siete sinagogas que había pero nos hacíamos una idea con las cosas que decían los guías a los grupos de españoles o franceses ( tenemos dos "gabachillas" en el grupo y eso en estos casos es una gran ventaja para poner el oído).


Alguna comprilla por la tarde y todo había quedado cerrado. Conseguimos ver prácticamente toda Praga en un fin de semana,algo duro, pero que mereció la pena. Con algo de lluvia volvimos a la estación de buses para regrasar a nuestro dulce hogar temporal en Polonia.



El cubismo en Praga


Por cierto, ¿había alguien trabajando en España este fin de semana pasado?Porque en Praga podías hablar español los dos días, sin articular ninguna palabra en inglés, sin problema alguno.

1 comentario:

Lyd dijo...

Si es que los spanish estamos en todos los laos!!!
Veo que te va bien :), has empezado ya a trabajar? Que tal es la gente? Trabajais todos en el mismo sitio??!

A mi me va bien cada vez hay mas planes pa los findes pq conozco mas a los del curro, y bueno he empezado de nuevo a jugar al WoW asi que siempre estoy liada!! :)